marți, 29 aprilie 2008

Las vidas

Ay qué incómoda a veces te siento
conmigo,
vencedor entre los hombres!
Porque no sabes
que conmigo vencieron miles
de rostros que no puedes ver,
miles de pies y pechos que marcharon conmigo,
que no soy,
que no existo,
que sólo soy la frente de los que van conmigo,
que soy más fuerte porque llevo en mí
no mi pequeña vida
sino todas las vidas,
y ando seguro hacia delante porque tengo mil ojos,
golpeo con peso de piedra porque tengo mil manos
y mi voz se oye en las orillas de todas las tierras
porque es la voz de todos los que no hablaron,
de los que no cantaron y cantan hoy
con esta boca
que a ti te besa.

sâmbătă, 26 aprilie 2008

SONETO XLIV

Sabrás que no te amo y que te amo
puesto que de dos modos es la vida,
la palabra es un ala del silencio,
el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte,
para recomenzar el infinito
y para no dejar de amarte nunca:
por eso no te amo todavía.

Te amo y no te amo como si tuviera
en mis manos las llaves de la dicha
y un incierto destino desdichado.

Mi amor tiene dos vidas para armarte.
Por eso te amo cuando no te amo
y por eso te amo cuando te amo.


1959

miercuri, 23 aprilie 2008

Cuidado! - Vas a olvidar todo.


POEMA 5 - Para que tu me oigas

Para que tú me oigas
mis palabras se adelgazan a veces como las huellas
de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio para tus manos
suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.

Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.


El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.

Ámame, compañera.
No me abandones.
Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.

Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos,
suaves como las uvas.

Impacto


El olvido

Todo el amor en una copa ancha como la tierra,
todo el amor con estrellas y espinas te di,
pero anduvistecon pies pequeños,
con tacones sucios sobre el fuego, apagándolo.

Ay gran amor, pequeña amada!

No me detuve en la lucha.
No dejé de marchar hacia la vida, hacia la paz,
hacia el pan para todos, pero te alcé en mis brazos
y te clavé a mis besos y te miré como jamás
volverán a mirarte ojos humanos.

Ay gran amor, pequeña amada!

Entonces no mediste mi estatura,
y al hombre que para ti apartó la sangre, el trigo, el agua
confundistec
on el pequeño insecto que te cayó en la falda.

Ay gran amor, pequeña amada!

No esperes que te mire en la distancia hacia atrás,
permanece
con lo que te dejé, pasea con mi fotografía traicionada,
yo seguiré marchando, abriendo anchos caminos contra la sombra,
haciendo suave la tierra, repartiendo la estrella para los que vienen.

Quédate en el camino.
Ha llegado la noche para ti.
Tal vez de madrugadanos veremos de nuevo.

Ay gran amor, pequeña amada!

marți, 22 aprilie 2008

SONETO XL

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Era verde el silencio, mojada era la luz,
temblaba el mes de Junio como una mariposa
y en el austral dominio, desde el mar y las piedras,
Matilde, atravesaste el mediodía.

Ibas cargada de flores ferruginosas,
algas que el viento sur atormenta y olvida,
aún blancas, agrietadas por la sal devorante,
tus manos levantaban las espigas de arena.

Amo tus dones puros, tu piel de piedra intacta,
tus uñas ofrecidas en el sol de tus dedos,
tu boca derramada por toda la alegría,

pero, para mi casa vecina del abismo,
dame el atormentado sistema del silencio,
el pabellón del mar olvidado en la arena.



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joi, 17 aprilie 2008

SONETO XLVII

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Detrás de mí en la rama quiero verte.
Poco a poco te convertiste en fruto.
No te costó subir de las raíces
cantando con tu sílaba de savia.

Y aquí estarás primero en flor fragante,
en la estatua de un beso convertida,
hasta que sol y tierra, sangre y cielo,
te otorguen la delicia y la dulzura.

En la rama veré tu cabellera,
tu signo madurando en el follaje,
acercando las hojas a mi sed,

y llenará mi boca tu sustancia,
el beso que subió desde la tierra
con tu sangre de fruta enamorada.



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miercuri, 16 aprilie 2008

La infinita

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Ves estas manos?
Han medido la tierra,
han separadolos minerales y los cereales,
han hecho la paz y la guerra,
han derribado las distancias
de todos los mares y ríos,
y sin embargo cuanto te recorren a ti,
pequena, grano de trigo, alondra,
no alcanzan a abarcarte,
se cansan alcanzando las palomas gemelas
que reposan o vuelan en tu pecho,
recorren las distancias de tus piernas,
se enrollan en la luz de tu cintura.

Para mí eres tesoro más cargado de inmensidad
que el mar y su racimos y eres blanca y azul
y extensa como la tierra en la vendimia.

En ese territorio,
de tus pies a tu frente,
andando, andando, andando,

me pasaré la vida.

marți, 15 aprilie 2008

Tú venías

No me has hecho sufrir
sino esperar.
Aquellas horas enmarañadas,
llenas de serpientes, cuandose me caía el alma
y me ahogaba, tú venías andando,
tú venías desnuda y arañada,
tú llegabas sangrienta
hasta mi lecho, novia mía,
y entoncestoda la noche caminamos
durmiendoy cuando despertamos
eras intacta y nueva, como si el grave
viento de los sueños de nuevo hubiera
dado fuego a tu cabelleray en trigo y
plata hubiera sumergido tu cuerpo
hasta dejarlo deslumbrante.

Yo no sufrí, amor mío,
yo sólo te esperaba.

Tenías que cambiar de corazón y
de miradadespués de haber tocado
la profunda zona de mar que
te entregó mi pecho.

Tenías que salir del agua pura como una gota
levantada por una ola nocturna.
Novia mía, tuviste que morir y nacer,
yo te esperaba.

Yo no sufrí buscándote,
sabía que vendrías, una nueva mujer con lo que adoro
de la que no adoraba, con tus ojos,
tus manos y tu boca pero con otro corazón
que amaneció a mi lado como si siempre hubiera estado
allí para seguir conmigo para siempre.

La carta en el camino

Adiós, pero conmigo serás,
irás adentrode una gota de sangre
que circule en mis venas o fuera,
beso que me abrasa el rostroo cinturón
de fuego en mi cintura.

Dulce mía, recibeel gran amor que salió
de mi vida y que en ti no encontraba
territorio como el explorador perdidoen
las islas del pan y de la miel.

Yo te encontré después de la tormenta,
la lluvia lavó el aire y en el aguatus dulces pies
brillaron como peces.
Adorada, me voy a mis combates.

Arañaré la tierra para hacerte una cueva
y allí tu Capitánte esperará con flores en el lecho.
No pienses más, mi dulce,
en el tormento que pasó entre nosotros
como un rayo de fósforo dejándonos tal vez su
quemadura.

La paz llegó también porque
regreso a luchar a mi tierra, y como
tengo el corazón completo con la parte
de sangre que me diste para siempre, y
comollevolas manos llenas de tu ser desnudo,
mírame, mírame,
mírame por el mar, que voy radiante, mírame
por la noche que navego, y mar y noche son los
ojos tuyos. No he salido de ti cuando me alejo.

Ahora voy a contarte:mi tierra será tuya,
yo voy a conquistarla, no sólo para dártela,
sino que para todos, para todo mi pueblo.

Saldrá el ladrón de su torre algún día. Y el invasor
será expulsado. Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos acostumbradas antes a la pólvora.

Y sabré acariciar las nuevas flores porque tú me enseñaste
la ternura.Dulce mía, adorada, vendrán conmigo a luchar
cuerpo a cuerpo porque en mi corazón viven tus besos c
omo banderas rojas, y si caigo, no sólome cubrirá la

tierrasino este gran amor que me trajiste y que vivió
circulando en mi sangre.
Vendrás conmigo, en esa hora te espero,
en esa hora y en todas las horas, en todas
las horas te espero. Y cuando venga la tristeza

que odio a golpear a tu puerta, dile que yo te espero
y cuando la soledad quiera que cambies
la sortija en que está mi nombre escrito,
dile a la soledad que hable conmigo, que yo debí
marcharme porque soy un soldado, y que allí donde estoy,

bajo la lluvia o bajo el fuego, amor mío, te espero, te espero
en el desierto más duro y junto al limonero florecido:
en todas partes donde esté la vida, donde la primavera
está naciendo, amor mío, te espero.

Cuando te digan «Ese hombre no te quiere»,
recuerda
que mis pies están solos en esa noche, y buscan los dulces
y pequeños pies que adoro.

Amor, cuando te digan que te olvidé,
y aun cuando sea yo quien lo dice,

cuando yo te lo diga, no me creas,
quién y cómo podrían cortarte de mi pecho y
quién recibiría mi sangrecuando hacia ti me fuera
desangrando? Pero tampoco puedo
olvidar a mi pueblo. Voy a luchar en cada calle,
detrás de cada piedra. Tu amor también me ayuda:

es una flor cerradaque cada vez me llena
con su aroma y que se abre de pronto
dentro de mí como una gran estrella.
Amor mío, es de noche.

El agua negra, el mundo dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora, y yo mientras
tanto te escribo para decirte: «Te amo».
Para decirte «Te amo», cuida, limpia, levanta,
defiendenuestro amor, alma mía.

Yo te lo dejo como si dejara un puñado de
tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un díaen que un hombre y
una mujer, iguales a nosotros, tocarán este amor,
y aún tendrá fuerzapara quemar las manos
que lo toquen.

Quiénes fuimos? Qué importa?
Tocarán este fuego
y el fuego, dulce mía, dirá tu simple nombre
y el mío, el nombreque tú sola supiste porque tú sola
sobre la tierra sabesquién soy, y porque nadie me
conoció como una, como una sola de tus manos,
porque nadiesupo cómo, ni cuándo mi corazón

estuvo ardiendo:
tan sólotus grandes ojos pardos
lo supieron, tu ancha boca, tu piel,
tus pechos,

tu vientre, tus entrañas y el alma tuya
que yo desperté para que se quedara
cantando hasta el fin de la vida.

Amor, te espero.
Adiós, amor, te espero.
Amor, amor, te espero.

Y así esta carta se termina sin ninguna tristeza:
están firmes mis pies sobre la tierra,
mi mano escribe esta carta en el camino,
y en medio de la vida estaré siempre
junto al amigo, frente al enemigo,
con tu nombre en la boca y un beso
que jamásse apartó de la tuya.










Pablo Neruda